Aunque el hierro es un elemento esencial presente en cantidades ínfimas en el organismo, el vigésimo sexto elemento químico de la tabla periódica, simbolizado por Fe, está presente en cantidades demasiado pequeñas para ser medidas. Se asocia con la fuerza...
El hierro se menciona por primera vez en los textos médicos del antiguo Egipto, en el Gran Pyrus de Berlín, que data del año 1500 antes de Cristo. Se utilizaba como remedio para tratar las heridas de los animales venenosos. Se trituró y se diluyó en agua. Más tarde, las limaduras de hierro diluidas en vino se utilizaron como la primera terapia de hierro en la antigüedad.
En 1681, el médico inglés Thomas Sydenham estudió los efectos del hierro en la clorosis, más tarde conocida como anemia ferropénica. En 1831, Jean-Pierre Blaud inventó una fórmula de hierro basada en el sulfato ferroso, la primera formulación moderna de hierro.
Tanto el hierro hemo como el no hemo están presentes en los alimentos. El hierro hemo está unido a la hemoglobina o a la mioglobina y está presente en la sangre. La carne, las aves de corral, el pescado y el marisco contienen tanto hierro hemo como no hemo, mientras que los vegetales (semillas oleaginosas, cereales, frutas y verduras), los huevos y los productos lácteos sólo contienen hierro no hemo. El contenido de hierro de los distintos alimentos debe compararse cuidadosamente, ya que el hierro hemo se absorbe cinco veces mejor que el hierro no hemo.
Las fuentes más abundantes de hierro hemo son, los despojos, la carne roja y el marisco. La morcilla encabeza la lista (22,8 mg/100 g), seguida del hígado de cerdo (18 mg/100 g), el hígado de pollo o pato (12 mg/100 g), los riñones (12 mg/100 g) y los mejillones (10 mg/100 g), 9 mg/100 g), hígado de vaca (6-7 mg/100 g), hígado de ternera (5-6 mg/100 g), ostras (5-9 mg/100 g), tofu (5 mg), carne de vaca (4 mg) y almejas (2,8 mg/100 g).
Las semillas de sésamo tienen el mayor contenido de hierro no hemo (14,6 mg/100 g), seguido del cacao en polvo sin azúcar (10,9 mg/100 g), las lentejas y las judías blancas (5-8 mg/100 g), los piñones y los anacardos (4,6-5 mg/100 g), las espinacas (3,4 mg/100 g) y los huevos (2,6 mg/100 g).
Es bueno saber que la vitamina C puede aumentar la absorción del cuerpo del hierro no hemo. Si padeces una carencia de hierro, debes aderezar tus comidas con zumo de limón o terminarlas con fruta rica en vitamina C.
El hierro contenido en la hemoglobina de los glóbulos rojos es lo que retiene el oxígeno y nos permite transportarlo a los distintos órganos del cuerpo. La mioglobina, las células musculares que almacenan el oxígeno, es una de las tantas enzimas a base de hierro. El hierro es un componente de varias enzimas que participan en la creación del ADN o de catecolaminas como la adrenalina.
El organismo no sintetiza el hierro, por lo que debe ser aportado por la alimentación diaria. Se calcula que se necesitan unos 11 mg de hierro al día. Las necesidades de hierro de las mujeres en edad fértil aumentan considerablemente debido a los períodos menstruales y a la pérdida de hierro.
Las mujeres en edad fértil necesitan 11 mg de hierro al día. Según la Organización Mundial de la Salud, casi el 30% de las mujeres en edad fértil tienen carencia de hierro.
Durante el embarazo, la mujer necesita hasta 35 mg de hierro al día para mantener el volumen de sangre y el desarrollo del feto y la placenta. Cuando el nivel de ferritina disminuye, el índice de absorción de hierro aumenta; cuando el nivel de ferritina aumenta, el índice de absorción de hierro disminuye.
Además de que la carencia de hierro es la carencia mineral más común en España, el hierro también puede estar presente en cantidades excesivas en el organismo. El impacto oxidativo puede estar relacionado con un mayor riesgo de infarto de miocardio si hay un exceso de hierro en el organismo.
El médico debe ser capaz de reconocer cuándo una carencia de hierro justifica un tratamiento farmacológico. Cuando está presente en un complejo vitamínico, las cantidades de hierro son normalmente bajas y no plantean ningún problema. Los complementos de hierro pueden interactuar con diversos medicamentos, como los antiácidos, los antibióticos y los antiinflamatorios no esteroideos.
La hemocromatosis (una acumulación excesiva de hierro en el organismo) puede ser provocada por muchas formas de suplementos de hierro y alimentos ricos en hierro hemo.
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