LA BROMELINA

La piña es deliciosa y saludable . Su suculenta pulpa amarilla y su tallo contienen bromelina, una enzima con muchos beneficios para la salud. Este artículo trata de este ingrediente activo que ha llamado la atención del público.

El tallo de la piña contiene bromelina, un complejo enzimático que se encuentra en menor cantidad en la pulpa fresca. Toma su nombre de las bromeliáceas, la familia de plantas a la que pertenece la piña. La enzima bromelina se utiliza desde el siglo XVI en Asia y las islas del Pacífico, donde la piña se cultivó comercialmente por primera vez.

Las poblaciones indígenas llevan siglos utilizando la piña por sus propiedades curativas, antiinflamatorias y digestivas, aunque la enzima bromelina no se identificó hasta el siglo XVI. Por ejemplo, los habitantes de América Central utilizaban el zumo fresco de piña para aliviar la acidez de estómago, mientras que algunas tribus venezolanas lo utilizaban como descongestionante.

La bromelina se descubrió a finales del siglo XIX, pero no se utilizó en la medicina occidental hasta finales de la década de 1950. Fue en 1957 cuando Ralph Heinicke, bioquímico del Pineapple Research Institute de Hawai, identificó la bromelina en los tallos de la piña, que hasta entonces se consideraban residuos alimentarios. Los europeos se interesaron inmediatamente por esta sustancia.

En los últimos 30 años, la bromelina se ha utilizado ampliamente en la industria alimentaria como ablandador de carne y en medicina para acelerar la recuperación postoperatoria o para tratar la flebitis y la sinusitis. El tallo de la piña se utiliza en la medicina tradicional japonesa y hawaiana para facilitar la digestión y combatir ciertos tipos de cáncer.

Contribuye a la cicatrización de las heridas

Varios estudios han demostrado que la bromelina tiene un impacto antiinflamatorio ampliamente reconocido. Se ha demostrado que la administración de bromelina reduce la hinchazón, los moretones, el dolor, la formación de hematomas y el tiempo de cicatrización tras una cirugía o un traumatismo.

Por último, la bromelina también ha demostrado ser útil en el tratamiento del dolor perineal y la cicatrización de heridas después de la episiotomía, como se demostró en un estudio de 2016. En consecuencia, la Comisión Europea autorizó el uso de la bromelina para el tratamiento de la hinchazón postoperatoria y postraumática.

Mejora la salud cardiovascular

También se le atribuye a la bromelina una actividad antiplaquetaria: inhibe la agregación de las plaquetas, manteniendo la sangre más fluida, lo que evita la trombosis y los coágulos en las venas. También tiene actividad fibrinolítica, lo que le permite disolver los coágulos de sangre.

Según un estudio estadounidense realizado en ratones, la administración de bromelina redujo los daños causados por un suministro insuficiente de sangre (isquemia). Como resultado, la bromelina redujo la muerte de las células del corazón y mejoró la recuperación después de un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

Ayuda a la digestión

La bromelina es un complejo enzimático que convierte las proteínas consumidas en aminoácidos, facilitando así la digestión. Dado que previene los problemas digestivos causados por las comidas copiosas (hinchazón, flatulencia y acidez), también puede disminuir el apetito y, por tanto, puede ser muy útil para mantener el peso.

Ayuda a prevenir el cáncer

A lo largo de los años, se han publicado varios estudios sobre las actividades anticancerígenas de la bromelina. La bromelina ha mostrado resultados prometedores. Varios estudios de probeta han demostrado que la bromelina podría ayudar a combatir el cáncer.

Otros estudios in vitro y en animales han descubierto que la bromelina puede estimular el sistema inmunitario y producir moléculas que pueden hacer que los glóbulos blancos sean más eficaces para bloquear el crecimiento de las células cancerosas y eliminarlas.

Un estudio alemán descubrió que la bromelina puede reducir significativamente el crecimiento local del tumor y la metástasis pulmonar experimental tras la inoculación de células tumorales.

Reduce la artrosis y los trastornos reumáticos

Las propiedades analgésicas y antiinflamatorias de la bromelina pueden reducir los síntomas de la artritis reumatoide y mejorar la flexibilidad de las articulaciones. En concreto, un estudio de 2002 analizó los resultados de la bromelina en los trastornos de la rodilla en personas sanas que llevaban menos de tres meses con un dolor agudo y leve en la rodilla.

El estudio concluyó que podría ser eficaz para reducir los síntomas y mejorar el bienestar general en personas con problemas leves y específicos de rodilla. Otro estudio realizado en 2017 en la India evaluó la eficacia de la bromelina en combinación con la tripsina en comparación con el diclofenaco sódico, vía oral, (un medicamento antiinflamatorio no esteroideo) en el manejo de ciertos tipos de artrosis. La combinación de tripsina y diclofenaco sódico mostró ventajas significativas en la reducción del dolor en los pacientes que participaron en este estudio.

La bromelina puede utilizarse de manera interna o externa para diferentes fines. Puede tomarse de 125 a 500 mg tres veces al día en caso de edema postoperatorio o postraumático, trastornos digestivos o enfermedades relacionadas con el reumatismo y la artritis, o como parte de una comida para personas con trastornos digestivos. Debe tomarse siempre fuera de las comidas, excepto en el caso de trastornos digestivos, para los que es más eficaz si se toma durante las comidas.

Se ha señalado que la bromelina puede provocar náuseas, vómitos, diarrea, calambres estomacales y menstruación abundante si se toma en grandes cantidades. Las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, los niños menores de 6 años y las personas alérgicas a la piña, al polen del olivo o al veneno de abeja (riesgo de reacciones cruzadas alérgicas) deben evitar la bromelina.

Antes de tomar los complementos alimenticios, se debe consultar al médico si se están tomando anticoagulantes o ciertos antibióticos. Existe un riesgo de interacción con ciertos antibióticos o anticoagulantes.

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