El zinc es un oligoelemento básico presente en pequeñas cantidades en el organismo. Sin embargo, es un nutriente muy importante ya que participa en el metabolismo de varias enzimas. Entonces, ¿cuál es la función y los beneficios del zinc para el cuerpo humano? Oxylabhealthcare, especialista en complementos alimenticios, responde a estas preguntas y describe los síntomas de una carencia de zinc y qué alimentos lo contienen.
El zinc es un oligoelemento metálico blanco, un poco azulado, con una concentración en el organismo de entre 2 y 4 gramos. Está presente en los músculos en un 60 o 65% y en los huesos en un 20%. El resto se encuentra en el hígado, el cabello, el páncreas, la piel, etc. Este mineral es un antioxidante muy potente que participa en el metabolismo de los lípidos, las proteínas y los hidratos de carbono.
A diferencia de otros minerales, como el hierro, el organismo no lo almacena. Por lo tanto, es necesario aportarlo a diario consumiendo alimentos que lo contengan. También existen complementos alimenticios que contienen zinc, como los que ofrece Oxylab Health Care.
El zinc es conocido por su acción sobre las uñas, la piel y el cabello. Participa en el crecimiento, la cicatrización de heridas y la renovación celular. Contribuye a reforzar el sistema inmunitario e interviene en la síntesis del ADN y de las proteínas. Contribuye a preservar el sentido del gusto y del olfato.
El zinc también interviene en el desarrollo y el buen funcionamiento del sistema nervioso. Este nutriente también contribuye a estabilizar el nivel de ciertas hormonas en el organismo, como la gustina y la insulina. También ayuda a prevenir los problemas de próstata y tiene un efecto antioxidante.
Cada día, el organismo debe recibir al menos 8-11 mg de zinc a través de la ingesta de alimentos que lo contengan. Este aporte nutricional es ligeramente superior en el caso de las mujeres embarazadas y lactantes (entre 11 y 13 mg). El zinc está presente en muchos alimentos, pero su concentración es mayor en algunos de ellos.
He aquí una lista de algunos alimentos ricos en zinc:
Por tanto, el zinc está presente tanto en alimentos de origen animal como vegetal. Su concentración suele ser mayor en los alimentos de origen animal.
El zinc aporta numerosos beneficios al organismo. En primer lugar, ayuda a combatir problemas cutáneos como la psoriasis, el acné y la dermatitis. Esta acción es posible gracias a sus propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias. Además, este oligoelemento ayuda a reducir los síntomas del resfriado y a controlar los niveles de azúcar en sangre del organismo.
También mejora el funcionamiento de la glándula tiroides. Gracias a su acción antioxidante, ayuda a neutralizar los radicales libres, retrasando así el envejecimiento de la piel y de los ojos. El zinc también ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares y a limitar el desarrollo de la DMAE (degeneración macular asociada a la edad).
La deficiencia de zinc puede tener varias causas y provocar muchos trastornos en el organismo. La falta de este nutriente esencial debilita el sistema inmunitario. Esto dificulta la curación y la lucha contra diversas infecciones. También puede aparecer cansancio, falta de apetito, etc.
La carencia de zinc también puede causar problemas de visión, gusto y olfato. También puede manifestarse en la caída del cabello, retraso del crecimiento e incluso hipotrofia fetal. La carencia de zinc también puede causar problemas sexuales en los hombres. En la mayoría de los casos se trata de una disminución de la fertilidad.
En cuanto aparezcan estos síntomas, conviene consultar al médico o a un especialista. Esto permitirá identificar la causa del problema. El médico podrá entonces sugerir un programa adecuado basado en alimentos ricos en zinc y complementos alimenticios.
Como ya se ha explicado, el zinc es bueno para la salud. Sin embargo, hay que tener cuidado con su consumo, ya que en exceso puede causar problemas. Los síntomas más frecuentes son diarrea, náuseas y vómitos. También se pueden manifestar temblores o dificultad para hablar y caminar.
Cuando el consumo excesivo se prolonga durante mucho tiempo, puede perturbar la absorción de otros minerales (fósforo, hierro, calcio, etc.). Esto puede provocar una anemia hepática o renal. Por ello, es aconsejable consultar a un especialista antes de iniciar un tratamiento con complementos alimenticios de zinc.