¿CUÁNTO TIEMPO DURA LA DIGESTIÓN?

Los alimentos entran en el estómago y se mezclan con los jugos gástricos. Los músculos del estómago se contraen periódicamente, removiendo los alimentos para facilitar la digestión. La válvula pilórica se abre y se cierra, regulando el paso de los alimentos semidigeridos (quimo) al intestino delgado.

Una vez que el quimo entra en el intestino delgado, comienza la digestión y la absorción de la mayoría de los nutrientes. El proceso de digestión dura varias horas mientras los alimentos pasan por el estómago y el intestino delgado. La mayoría de las personas se sienten llenas después de unas tres a cinco horas.

1- Ingestión: se lleva la comida a la boca y se empieza a masticar. La masticación inicia el proceso de descomposición de los alimentos para que sean más fáciles de digerir.

2- Digestión: una vez masticado y deglutido, el alimento entra en el estómago donde se mezcla con los jugos gástricos. Esta mezcla pasa al intestino delgado, donde los nutrientes se absorben en el torrente sanguíneo.

3- Absorción: en el intestino delgado, las vitaminas, los minerales, las proteínas y los hidratos de carbono se absorben en el torrente sanguíneo y circulan por todo el cuerpo.

4- Egestión: la última etapa de la digestión es la eliminación, cuando las materias alimenticias no digeribles (como la fibra) y los residuos se eliminan en las heces.

El estómago es un órgano muscular grande, hueco y con forma de alubia, situado en la parte superior izquierda del abdomen, debajo de las costillas. La función principal del estómago en la digestión es almacenar y descomponer los alimentos hasta que puedan pasar a los intestinos para una mayor digestión y absorción en el sistema sanguíneo.

El estómago produce ácidos y enzimas que digieren los alimentos. Las crestas de tejido muscular, llamadas rugosidades, recubren el estómago. Los músculos del estómago se contraen periódicamente, removiendo los alimentos para facilitar la digestión. La válvula pilórica regula el paso de los alimentos semidigeridos (quimo) del estómago al intestino delgado.

Cuando detecta que el quimo proviene del esófago, libera pepsinógeno, una enzima inactiva. El pepsinógeno es convertido en pepsina por el ácido clorhídrico, que inicia la digestión de las proteínas en el estómago.

El jugo gástrico también contiene mucosidad que protege el revestimiento del estómago de la digestión por los ácidos y las enzimas. Cuando los alimentos entran en el estómago, el jugo gástrico se libera en el intestino y comienza a mezclarse con la comida.

El intestino delgado es un órgano tubular largo que mide aproximadamente 7 metros de largo y 2,5 centímetros de diámetro cuando está completamente expandido. Consta de tres partes: el duodeno, el yeyuno y el íleon. La mayor parte de la digestión química tiene lugar en el duodeno, mientras que la mayor parte de la absorción se produce en las secciones de yeyuno e íleon.

El quimo entra en el intestino delgado a través de un músculo esfínter situado al final del estómago, llamado válvula pilórica. Cuando el quimo entra en el intestino delgado, el jugo pancreático es secretado por los conductos pancreáticos del intestino y se mezcla con el quimo.

El jugo pancreático contiene bicarbonato, que neutraliza los ácidos del estómago, enzimas de lipasa que digieren las grasas, enzimas de amilasa que digieren los hidratos de carbono, enzimas de tripsina que digieren las proteínas, electrolitos como el sodio, minerales como el calcio y glucosa (azúcar en sangre).

La bilis producida por el hígado también entra en el intestino a través de los conductos biliares y se mezcla con el quimo en el intestino delgado para ayudar a descomponer las grasas de modo que puedan ser absorbidas en el torrente sanguíneo por las vellosidades -pequeñas protuberancias en forma de dedo- que recubren la pared intestinal.

La digestión es un proceso complejo en el que intervienen varios órganos que trabajan juntos para descomponer los alimentos de manera que los nutrientes puedan ser absorbidos por el flujo sanguíneo. Los alimentos suelen tardar varias horas en pasar por nuestro sistema digestivo.

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